Control de plagas de la marihuana

Aunque duela decirlo, la marihuana es una planta sumamente delicada frente a algunas amenazas que pueden ser más comunes y frecuentes de lo que querríamos. Esto hace que cuando los cultivadores llevan a cabo una plantación de nuestra amada planta, deben tener miles de ojos abiertos para mantener a raya a una infinidad de problemas que pueden arruinar el esfuerzo realizado. Una de estas temibles amenazas son las plagas.

Desde la simple pérdida de unos cuantos cogollos hasta la destrucción de una plantación completa, las plagas son sucesos que marcan no sólo la calidad del producto que se pueda llegar a obtener, si es que sobrevive suficiente planta para ello, sino que también puede ser un palo emocional tremendo para un cultivador inexperto que ve sus expectativas destrozadas quizás por su propia carencia de conocimientos a la vez que en el caso de ocurrirle a un cultivador experto, este puede sentir una enorme frustración provocada por pensar en que sus habilidades no bastan.

Ciertamente que mencionar estas posibilidades puede parecer un poco exagerado, pero no olvidemos que el éxito en el cultivo y cuidado de cualquier planta es fruto de la constancia y ánimo que le pongamos a ello, por lo que cuando el factor psicológico del cultivador falla lo más normal es que se produzcan errores garrafales en su actividad.

Por último, y no menos importante, no hay que olvidar que la actividad de cultivo de marihuana conlleva un gasto proporcional a la magnitud del proyecto, por lo que cuando una plaga produce los destrozos que la caracterizan toda inversión se ve reducida a una planta enferma e improductiva.

Formulación del  control

Como en toda actividad que se desea realizar de manera óptima, necesitamos establecer unas pautas que sigan un orden lógico. En este caso nos encontramos hablando sobre el cuidado de un ser vivo cuyo fruto será directamente consumido por nosotros, lo cual hace que debamos tener en cuenta el desarrollo de la planta, ya que si tiene hongos o cualquier otro tipo de elemento nocivo, acabará en nuestro organismo.

Estas pautas las podríamos clasificar en una línea cronológica según los acontecimientos de la vida de la planta, esto es: empezaríamos con medidas preventivas tras las cuales se haría una identificación de los posibles agentes negativos para luego mantenerlos a raya y controlar su crecimiento para luego eliminarlos de manera rotunda.

Medidas preventivas

Quizás una de las primeras medidas higiénicas para nuestro cultivo es la utilización de sustratos esterilizados, sí. Aunque no nos hayamos fijado, los sustratos pueden ser normales o sin esterilizar, esto supone que de haber comprado el primero, éste es un sustrato mínimamente procesado lo cual no elimina posibles residuos de su proceso de «fabricación» al mismo tiempo que huevos u otros seres vivos se mantendrán en él a la espera de que las condiciones sean óptimas para emerger de sus escondites. Estas condiciones óptimas surgirán producto de nuestra propia actividad, es decir, cuando apliquemos abonos y agua al sustrato con el fin de nutrir nuestra planta, también le estaremos aportando materias necesarias a esos polizones.

El uso de sustrato no esterilizado es particularmente problemático para cultivadores de interior ya que en los armarios de cultivo dichas plagas no tendrán ni el más menos riesgo de ser atacados por sus depredadores naturales lo cual les da la libertad de expandirse sin problemas, lo cual produce otra incidencia dañina: la propagación a otras macetas de nuestro cultivo.

Cultivo de interior, unos de los medios más favorables para la aparición y propagación de plagas.

Otra medida de prevención clara es la de usar macetas limpias. Cuando renovamos la plantación, es necesario limpiar a conciencia las macetas que vengan de un uso anterior ya que en ellas se podrían quedar impregnados residuos de la cosecha anterior, lo cual puede dar lugar al crecimiento de hongos.

Ya de manera más genérica, debemos confiar en la calidad de nuestro proveedor de material para el cultivo, ya que si no nos vende productos con calidad certificada, no sólo nos arriesgamos a ser presas de plagas y otros inconvenientes parasitarios, sino que quizás nuestro producto no sea tan puro y de calidad como nos lo vende.

Reconocimiento

Más a menudo de lo que nos gustaría, las medidas preventivas no serán lo suficientemente buenas o bien ejecutadas como para alcanzar su objetivo por lo que sufriremos el ataca de alguna plaga. En esta situación no hay que «llorar sobre la leche derramada» sino que hay que ponerle nombre a nuestro verdugo para poder proceder de la manera más eficiente posible.

Aquí habrá que diferenciar si nos encontramos frente a un virus, hongo o insecto ya que cada uno tendrá diferentes repercusiones y maneras de ser erradicado.

Insectos

Lo cierto es que la marihuana puede ser hogar de una infinidad de variedades, distintas entre sí y que variarán en función de las condiciones que rodeen a la planta. Sin embargo, podemos destacar a unas pocas como las más frecuentes y populares.

Arañas
La araña roja a través de un microscopio para cultivo.

La mayoría de cultivadores de marihuana lo hace en interior, lo cual es el sitio perfecto para que suframos el ataque de la araña roja, sobre todo si realizamos el cultivo en armarios o invernaderos. Las temperaturas altas con mala ventilación y una humedad nula son el Valhalla de este ser que atacan, al principio, las hojas bajas de la planta.

Cuando han devastados los bajos, se adentran a los brotes internos dejando unos puntos amarillentos. El problema de estas arañas es que si avanzan lo suficiente tejerán telarañas en los cogollos.

Los efectos visuales de la araña roja en una hoja de marihuana.
Moscas

Las moscas con otro de los problemas más serios, de las cuales destacamos dos tipos: la mosca del suelo y la mosca blanca.

La mosca del suelo encuentra un espacio ideal en sustratos mal iluminados y con una humedad demasiado alta. Hay que destacar que esta plaga no es habitual pero sí es común que se desarrolle en sustratos no esterilizados o en cultivos hidropónicos. Nos encontramos hablando de un ser que no pasa de 5mm de longitud en su estado adulto y que posee toda una amalgama de posibles daños para la planta. En su estado de larva corroe las raíces de la planta, facilitando la aparición de hongos. Posteriormente atacará al tallo y en menor medida el resto de la planta.

La mosca blanca es aún más pequeña que la de suelo pero tiene daños mucho más devastadores produciendo, incluso, la necrosis en la planta.

Imagen de una enorme plaga de mosca blanca en que se pueden apreciar montones de larvas junta a las moscas en forma de pequeños puntos blancos.
Otros

Por último, se gana mención el pulgón típico en cualquier planta. El problema de estos seres no es sólo que se coman la planta, sino que también son portadores de virus y enfermedades además de que establecen relaciones simbióticas con aterradora facilidad con otras plagas.

Hongos

La roya es uno de los hongos más fáciles de detectar gracias a unos síntomas muy visuales

En uno de nuestros artículos anteriores llamado «Hongos que afectan a la marihuana negativamente» mencionamos a los hongos más habituales y dañinos así como también las mejores formas de lidiar con ellos.

Virus

Los virus que atacan a plantas reciben la denominación técnica de fitovirus. Como cualquier virus, su estructura genética no les permite reproducirse por sí mismos por lo que necesitan ser huéspedes de organismos que sí puedan hacerlo. El problema con los fitovirus es que son más exigentes que los virus animales por lo que sólo pueden afectar a determinadas plantas.

En el caso de la marihuana, es especialmente común verla afectada por el llamado virus del mosaico del tabaco (VMT), un virus que puede atacar a ambas plantas por igual, y cuyos efectos son severos, al punto de que perder cosechas y sustratos por completo.

Una hoja de marihuana afectada por el VMT que comienza a mostrar sus síntomas.

El efecto del virus se empieza a mostrar como una decoloración entre las venas de las hojas jóvenes, lo cual lo hace difícil de diferenciar frente a un problema de desnutrición hasta que produce su segundo efecto que el de que dichas manchas se expanden a toda la hoja con formas más o menos geométricas que alcanzan ligeramente una simetría adoptando el aspecto de un mosaico un tanto deforme. Posteriormente las hojas se empiezan a arrugar y curvarse. Finalmente, la necrosis hará aparición matando la planta.

La segunda cepa vírica más importante contra la marihuana es el virus de estriado de cáñamo que se cree que afecta de manera única al cannabis y es transportado por los pulgones. Esta cepa, si bien es de genética diferente y con unas condiciones de desarrollo diferentes, produce casi los mismos efectos que el VMT.

Control

Una vez sabemos con precisión cuáles son los parásitos y enfermedades que están atacando a nuestra planta, debemos proceder consecuentemente. El primer paso, y quizás es el más obvio, es aislar la planta afectada del resto de cultivo, en caso de tengamos varios ejemplares en desarrollo. En el caso de insectos u hongos, medidas tan simples como una mayor limpieza del sustrato y la poda de las ramas afectadas para evitar que se expanda. En el caso de los hongos, no olvidemos que se expanden en forma de esporas por lo que cuando cortemos las zonas afectadas hay que hacerlo de la manera más pausada y quieta posible ya que la más ligera sacudida, liberará dichas esporas facilitando el acceso a zonas que aún no estaban afectadas. Medidas como la disminución del riego y una mayor ventilación de la planta serán medidas suficientes para mantener a raya a los insectos.

La botrytis requiere de un mínimo movimiento para liberar esporas y contaminar nuevos ejemplares.

En el caso de los virus, nos encontramos frente a un gran problema ya que sus síntomas y efectos se producen a gran velocidad (normalmente), pero el problema es que para cuando se muestran dichas señales, suele ser ya demasiado tarde para la planta. No olvidemos que el virus es capaz de mostrar efectos cuando ya se encuentra incrustado en el interior de la planta por lo que llegados a este punto, su combate puede ser bastante difícil. La mejor medida contra los virus es la prevención.

Eliminación

Una vez se hayan reducido significativamente los agentes que favorecen el crecimiento y desarrollo de insectos y hongos (humedad demasiado alta o baja, mala ventilación o iluminación, residuos sin limpiar) la mejor manera de darles la última patada a tales molestos parásitos es el uso de insecticidas y fungicidas en las medidas justas y sin exagerar ya que su exceso puede producir nuevas deficiencias en la planta.

Dichas aplicaciones vendrán predeterminadas por el tipo de productos que las componga y del enemigo al que se esté combatiendo.

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